martes, 8 de enero de 2008

¿ 8,5% ?

Durante todo el año 2007 se dio una lucha entre el Indec y la realidad de los mostradores.
Muchos empleados calificados del instituto de estadísticas fueron despedidos y la causa de ello fue que hacian bien las cuentas.
El dilecto empleado de Nestor, Guillermo Moreno, cumplió una denodada labor al frente de la subsecretaría de Telecomunicaciones, donde armó un esquema de inauguraciones truchas que le sirvieron a Nestor como oportunidad para lanzar algunos mensajes al pueblo.
Fue por eso que se lo trasladó para que controlara al Indec.
Se reunió con fabricantes, con supermercadistas, con el mercado central, parece que esta vez no lo hizo con una 9 mm sobre la mesa.
Se abrió un nuevo frente de combate y la batalla se dió en el terreno de los datos inflacionarios.
Cuando la vecina del barrio sufría porque subía el tomate, la papa, el pan, el vino, la lechuga, el detergente, el jabón y tantas cosas de todos los días, Guillermo daba un incremento de menos del 1%, todo un milagro argentino.
¿Pero donde está la cuestión?
¿Porque al gobierno le interesa ganarse la bronca de los ciudadanos?
El índice inflacionario tiene directa repercusión en la deuda externa Argentina. Efectivamente, cuando más alta es la inflación más se encarese la deuda y por lo contrario si el índice es bajo, menos pagamos de intereses.
Entonces el gobierno sigue creyendo que quienes compran los bonos de la deuda Argentina son estúpidos.
Primero los acostó ( a los bonistas) con el canje de la deuda y ahora sigue acostando a los nuevos bonistas.
El amigo Chavez, recuerden, que compró muchos bonos, pero él no está perjudicado porque si bien le hace el juego a Nestor, comprando bonos, de inmediato los vende porque sabe que pronto bajarán de precio.
Ahora bien, ¿quienes compran bonos que no sirven para nada?
Hay muchos inversionistas amigos que lo hacen. ¿Amigos de quien?

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