martes, 12 de enero de 2010

Jueces propios y Jueces ajenos, Conspiradores propios y conspiradores ajenos.

Para la Locutora, cuando alguien piensa diferente, es un conspirador.
Para Capricheytor, cuando un juez actúa conforme a su sano juicio y conforme a derecho, "es vergonzante".
Sin embargo esto se piensa cuando las acciones no los favorecen, cosa diferente es cuando los que defienden acciones del gobierno o los jueces que les cubren las espaldas, fallando a favor y consolidando el enriquecimiento, entonces se actuó en favor de los más necesitados, de la democracia, y de cuanta cuestión que suene rimbombante y rococó.
Para el gobierno, que no es democrático, ni republicano y le cae muy bien actuar solapadamente y en forma ladina y artera, enfrentarse a las instituciones que funcionan como corresponde, es demasiado incómodo.
Los K, no están acostumbrados a alguien les diga que no.
La Locutora discursea con dulzura enarbolando la bandera de la protección de los intereses de los argentinos. Pero la cuestión es que los K pretenden meter mano en el tesoro del Banco Central, para hacer que esa plata vaya justo hacia donde ellos dicen querer evitar que vayan. OTRO EUFEMISMO.
El gobierno K debe entender de una buena vez, que en la república argentina las cosas se hacen de acuerdo a lo que ley manda.
En este caso, los dos que son abogados, deberían ser juzgados por el tribunal de ética del colegio donde se matricularon, al igual que el energúmeno de Anibal F.
Se puede ser político y actuar como tal, pero lo que no se puede hacer es violar las normativas y mucho menos cuando se ocupa un cargo muy importante.
Los colegios de abogados tiene algo que hacer, y eso es justamente no mirar para otro lado. Es hora que las acciones de los hombres tengan su efecto de responsabilidad, la Patria no tiene como juzgarlos, pero el Estado si.

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