domingo, 30 de mayo de 2010

Víctimas o sospechosos


El viernes pasado asistimos a una demostración de la patota que otrora operara para secuestrar montoneros y ahora trabaja para el gobierno K.
La misma justicia y la misma policía que dice actuar en favor de las víctimas de los apropiadores de bebes, operó violentamente para "proteger" a los hijos adoptivos de la Sra. de Noble y los desnudó en vía pública, para obtener pruebas de su identidad.
La jueza actuante, nueva en la causa, demostró que esta dispuesta a ir a fondo en esta cuestión que lleva varios años sin solución.
Está muy clara la intención del gobierno K de poner en la cárcel a la dueña del diario Clarín, declarado el enemigo a destruir por el gobierno democrático de los Kirchner.
El empeño y dedicación en perseguir a los que consideran enemigos es para tener en cuenta. No se debe descuidar quien ose oponerse, tarde o temprano le caerán como una plaga de langostas y serán devorados por el odio y la venganza.
Los hijos adoptivos son víctimas, ¿pero de quien?
¿Es la persona que los adoptó un monstruo asqueroso y repulsivo, que les dio educación y una seguridad futura.?
¿Son las madres o las abuelas de los guerrilleros muertos, las vengadoras justicieras?
¿Es el gobierno K, el brazo armado de aquella organización fracasada plagada de asesinos?
Lo cierto es que estos dos jóvenes pasaron un momento difícil y vergonzoso, donde les sacaron hasta la ropa interior delante de varias personas.
¿Acaso es la patota democrática, la que actuó?
¿Cuantos casos similares ocurren en Argentina que no merecen el más mínimo espacio en los juzgados federales, ni en los medios de comunicación?
¿Cuantos padres adoptivos pasan momentos de nerviosismo esperando la llegada de la patota democrática?
Seguramente algún enfermo delirante, dirá que si adoptaron bien no deben temer nada.
¿Pero quien puede asegurar que la patota democrática pueda distinguir entre el lo bien y mal hecho?.
Sepan que la gente que hoy nos gobierna son gente de cuidado, no son democráticos, por el contrario son autoritarios y dejan mucho de desear en cuanto a su honorabilidad.
La ambición por el poder y el dinero será su perdición y ya los veremos transitar los pasillos de tribunales una y otra vez hasta que se les gasten los zapatos.
Ah, que sepa la Locutora que en Ezeiza no hay spa y no tendrá la oportunidad de ponerse ninguna dosis de botox.

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