lunes, 13 de diciembre de 2010

Discursos vacios, ideas huecas

Cuando la política se interpone entre la realidad y el debe ser y tuerce el brazo del deber ser, todo se derrumba.
Un Estado de Derecho no es simplemente una declamación, no es una frase que queda bien en un discurso tribunero, tampoco es una mera reflexión en un discurso leguleyo.
Un Estado de Derecho se forja en el tiempo durante todo el tiempo. Hay un comienzo, pero no hay un final. Todos los días hay que simentarlo con hechos, con acciones, con hacer cumplir la ley.
Los Derechos Humanos no son un slongan para que cada 10 de Diciembre hagan un festival en la Plaza de Mayo y se llene de personas con ideología de izquierda.
La Presidente gusta de decir una frase que solamente para el escaparate de frases que ella aspira a que queden en la historia, ella busca permanentemente el bronce.
Esa frase es...los Derechos Humanos no son ni de izquierda ni de derecha...
Pero curiosamente a los únicos que invita a sus aactos celebratorios de los D.H. es a personajes de izquierda.
Frases huecas que no dicen nada y ofenden mucho.
En estos días hay una lucha desigual. Una lucha entre personas que pagan los impuestos, que trabajan y que forjan a esta Argentina y otras personas, la mayoria extranjeras que no están registrados ni documentos en nuestro país, pero reclaman una vivienda digna.
Esa vivienda digna, que en sus respectivos países no supieron conseguir, porque no le permitirían cortar rutas, ni tomar clubes de barrio, ni ocupar espacio público.
En sus respectivos países serían sacados a patadas en pocos minutos.
La vivienda digna que reclaman se consigue trabajando, sudando la frente, progresando intelectualmente, estudiando, dando ejemplos de vida. La vivienda digna no se consigue por la fuerza, si acaso asi se consiguiera no sería digna.
El Estado debe cuidar a los ciudadanos y habitantes que respetan la ley y no debe confundirse con los que levantan falsas banderas de reinvindicaciones sociales. Esos son los vivos de siempre, los que no trabajan, los que trafican, los vagos permanentes.
Este gobierno peronista, ocupado por los oportunistas de siempre que corren tras los votos mayoritarios y se disfrazan de peronistas, no sabe, ni puede, ni quiere solucionar el problema.
Fiel a su costumbre, deja en manos de la sociedad su propia defensa de los derechos. No hay garantías para los ciudadanos y habitantes correctos.
Las garantías solamente están para los que delinquen, para los que usurpan, para los que pretenden que le regalen lo que a otros nos costó toda la vida tener.
Discursos vacios e ideas huecas, que suenan bien pero no llegan ninguna parte.
Argentina, que país generoso.

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