jueves, 7 de agosto de 2008

Siempre es bueno tener...

Ahora que pasó el tema del campo y cía. , lo que se impone es hablar de la justicia y de los jueces y de todos los que son auxiliares de la justicia.
Cada día que pasa nos enteramos de los razonamientos pelotudos que llevaron al juez de la masacre de Campana a tomar las decisiones que tomó.
El delincuente que quiere tener una pulcera, y no porque sea trolo, también debe tener teléfono.
Pero cuando al delincuente se lo cortan por falta de pago, ¿que pasa? nada.
El servicio penitenciario no hace nada.
¿De quien es la culpa?
La culpa es de todos los que intervienen en el proceso de darle la pulsera al delincuente.
Todos son cómplices, coautores y partícipes necesarios. Son tan delincuentes como el propio delincuente.
Como podemos pensar que el servicio penitenciario hará algo en favor de la sociedad, si ellos sacan presos de la cárcel para que vayan a robar. ¿O acaso es una novedad?
Hubo muchos casos. Entonces ¿como van a encontrar a los ladrones, si una vez que roban se meten de nuevo en la cárcel?
Ni hablar de cuando el delincuente es un policía.
Entonces, estamos perdidos. ¡Negociemos! como diría Mendienta.
El gobierno debe tomar una decisión que ponga a la sociedad de su parte.
Esa decisión es la de sancionar una ley que elimine la reducción de condena y mucho menos que haya delincuentes reincidentes que se benefician una y otra vez de alguna forma de reducción de pena o salidas laborales o por casos de humanidad, o por las razones que algún juez inescrupuloso o decididamente imbécil le encuentre.
Esa ley debe ser sancionada cuanto antes. No debe haber otra masacre más para que se haga algo en favor de los ciudadanos honestos.

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