Se equivocó la paloma...

Nuestra Presidente se equivoca y lo ha hecho varias veces. En más de una ocasión mencionó que gracias las políticas económicas de este gobierno, la gente del campo tuvo la SUERTE de hacer la fortuna que hoy tienen. Con este curioso análisis de los resultados de las políticas que alude, los indigentes y los pobres, no han tenido suerte. Entonces, la política aplicada es una cuestión de suerte y no de inteligencia científica. Que flaco favor le hace a los estudiosos de la economía y que pobre manera de incitar a la división de los argentinos. No es así que crecerá nuestro país. Nuestro país crecerá si todos trabajamos codo a codo y cada uno se lleve lo que le corresponde equitativamente y con el sabor de haber logrado lo propio con el sudor de la frente y no con las dádivas que el gobierno pretende entregar a una parte de la población. Hoy se adjudicó la construcción del tren bala. Una inversión de muchos millones de dólares, que según dijo será financiada en un 100%. El tiempo dirá la verdad y que Dios y la Patria se lo demande. Esta inversión, aun cuando se haga en pos del progreso, parece ser demasiado grande para un país que no tiene desarrollada la industria nacional, que le falta infraestructura hospitalaria, que sus escuelas son precarias en muchos lugares, que la seguridad es sumamente precaria. Muchas son las necesidades de vivienda en nuestro país, pero lo más necesario es la creación de trabajo genuino en las provincias y no que los gobiernos provinciales se llenen de empleados públicos generando de esta forma una dependencia económica que no deja libertad de pensamiento a la hora de las elecciones. Se equivoca nuestra Presidente cuando, estando la mesa de negociación tendida, continúa criticando a los productores del campo, poniendo palos en la rueda de la concertación. Quizás tenga temor a que la situación se arregle y no haya heridos políticos entre sus contendores, sino exitosos negociadores. Exitosos negociadores que son justamente los que Nestor no quiere dejar en pie y si fuera posible destruirlos. Quizás tenga ya preparada la manera de suplantar a estos dirigentes y más aún, la de entregarle el negocio a grandes corporaciones extranjeras.