lunes, 9 de junio de 2008

Chorra

Por ser bueno me pusiste a la miseria,
me dejaste en la palmera, me afanaste hasta el color.
En seis meses me comiste el mercadito,
la casilla de la feria, la ganchera, el mostrador.
¡Chorra!
Me robaste hasta el amor...!

El paro terminó y ahora comienza una nueva etapa.
En la cancha se ven los pingos.
A partir de mañana veremos que hace el gobierno.
La que ganó las últimas elecciones presidenciales por una parte y Capricheytor por el otro.
Éste quiere que el campo le pida perdón, ¿perdón?
¿No será al revés?
¿No será que el que tiene la responsabilidad de rendir cuentas al pueblo, se las rinda de una vez?
Lo del tren bala parece que le salió el tiro por la culata.
La vecina allende la cordillera y el amigo de Wilson, recapacitaron y dieron marcha atrás por errores que reconocieron. ¿Alguno escuchó algún derrumbe?
El gobierno descorchará champán, el regalo del amigo francés, porque seguramente tomará la no renovación del paro como un triunfo. Poca cosa.
Mientras la inflación crece, la tropa se dispersa y cuando tenga que hacer campaña, la única posibilidad será de hacerla por internet.
Los que la embolsan grande, están mudos. Pero parece que si siguen así tendrán que dedicarse a otra cosa porque los chacareros no le venderán nada y exportarán directo.
La jugada del tándem tambalea como la economía.
Chorra (tango de Discépolo)

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