lunes, 26 de mayo de 2008

Si el que empezó fue él...

Uno se enoja por lo que dice el otro.
El otro se enoja por lo que dice uno.
Los dos se enojan por lo que dicen.
Todos nos impacientamos porque no sabemos como va terminar esto.
Si uno se ofende por lo que dijo el de Gualeguaychu, ¡ mierda que estamos sencibles!
Si un político se ofende por lo que le dicen, bien ofendido debe estar el pueblo por lo que los políticos hacen y no hacen.
La cuestión es justificar y estirar la situación hasta el límite en que algún loquito se le salga la cadena y haga lo que el gobierno quiere y que justifique la represión.
La persona que ganó las últimas elecciones presidenciales, hace como que no sabe lo que pasa.
Habló en Salta con un discurso calmo y con un llamado al diálogo.
Hoy firmó un acuerdo para un negocio (ado) en Neuquen y habló también con una voz dulce, armoniosa, tranquila, humilde.
Mi reflexión es: ¡ si hubiera hablado así desde el principio !
Yo me ofendo
El se ofende
Nosotros nos ofendemos
Ellos se ofenden
¿ Y ?
¿De que sirven las ofensas?
Me hace acordar a cuando eramos chicos y nos mojábamos la oreja uno con otro, pero minga de meter una piña.
Mientras el país, que según alguien del gobierno, dice que no tiene dueño. Está en manos de alguien que no escuchó lo que esa persona dijo y obra como si lo fuera.

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